lunes, 31 de octubre de 2011
A one-liners
En Valparaíso decimonónico, dentro de una tradicional casa de putas dos jovenes comparten a nuna de las muchachas. Fueron amigos por muchos años.
Los jóvenes hicieron la revolución: decidieron no tener más hijos.
Hizo tanta fuerza que se cagó hacia dentro.
Un idiota, contento de ser idiota, decidió que quería ir un paso más allá: idiotamente quizo dárselas de escritor.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Algo de rage
Y tienes la necesidad de sentir
como unas ganas rabiosas de vomitar.
Tratas, humanamente tratas de expulsarlas
Golpeándote
el estómago, revolviéndote las tripas
y te metes los dedos hasta herirte la garganta
las arcadas te retuercen, como que sientes que va a salir
y sólo consigues unos mocos lastimeros, unas lágrimas estúpidas.
Al final, ese pedazo de asco sólo te deja el sabor amargo del reflujo
que en vano disimulas con el humo de un cigarrillos barato.
viernes, 21 de octubre de 2011
Prueba de escritura II
Fumo con rabia, con odio, mientras camino a paso apresurado por esta calle de mierda llena de gente de mierda que vuelve a sus casas de mierda entre cerros y quebradas cubiertas de mierda. Es que no me explico cómo decidiste terminarlo todo sin consultarme. La verdad, poco me importa, allá tú que te quedes con esos dos.
No sé por qué te enojaste si al final fue tú idea. Acaso te pedí algo, dije algo para que armaras este lío. No es mi culpa que me involucraras en el asunto. La Marta cachó desde el principio que yo no quería, pero igual se calló por que le gustó la idea. Claro que me gustó tirar con el Marco como a ti te gustó tirarte a la Marta. Y no es culpa mía que nos termináramos enrollándonos. Tampoco es mi culpa que a la Marta no le pasara nada contigo.
Un cigarrillo tras otro, haciendo que el humo sea lo esencial. Aspiro el tabaco, el alquitrán con una rabia que me nace del estómago, una bola negra de maldiciones no dichas porque no te dije nada aparentando estúpida serenidad. Así que ese huevón te quiere, así que esa huevona está de acuerdo y yo me quedo solo porque no le comí su zorra hedionda, porque me al final no cumplí como tú, no me entregué en esta idea estúpida que igual seguí por unos meses.
Sabes lo que me cuesta esto, nunca me gustaron las despedidas. Tómatelo con calma, si quieres te puedes quedar un rato más en mi departamento hasta que encuentres otro lugar. Yo me voy a quedar con la Marta mientras buscas. A mí también me duele, no es fácil hacer esto y tú lo sabes.
Me arde la garganta, un escupo amargo sale disparado y cae cerca de un perro que creía muerto. Claro que es fácil para ti, perra, ojalá te mueras feliz con ellos a ver si te aguantan. No pienso volver a ese departamento. Seguiré caminando, perderme con el humo de los cigarrillos que me quedan y no volver a pensar en ti.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Cambios
Alberto Henríquez un buen día despertó consciente de que era hora de realizar un cambio radical en su vida. A las nueve de la mañana de ese Sábado revelador tuvo desocupado su armario y todo la ropa dentro de grandes bolsas de basura. Dos horas más tarde había vaciado su cuarto, primero desarmando la cama y luego los muebles procurando tirar el contenido de los veladores y otros objetos pequeños dentro de bolsas similares a las que ocupó con su ropa. Tardó unos minutos en dejar la cama y los muebles (a saber: dos veladores, una cómoda y un ropero mediano) en la vereda frente a su casa. Pasadas un par de hora completó el proceso de desocupación con el living, la cocina, el comedor e incluso el baño. Los objetos acumulados en la acera de enfrente iban desde la ropa y pequeños cachivaches tales como recortes de diario, libros de cocina, figuras de yeso, ampolletas, fotocopias, lápices, dos controles remotos (los respectivos televisores también estaban allí), unas cuantas novelas, una cantidad imprecisa de cedés y devedés, cuatro pendrives, papel confort, jabones y útiles de aseo, etc., a un refrigerador de dos puertas, cuatro repisas, un equipo de sonido, dos notebooks y un PC de escritorio, una máquina de spinning, un sofá y dos sillones, una mesa con cuatro sillas (herencia de sus padres), un asiento de baño, lavamos, lavaplatos, entre otras cosas presentes en una hogar. Con la casa vacía, él en medio de el eco de sus pasos se dio cuenta que estaba vestido y era indispensable para la transformación completa de su vida desechar todo lo viejo. Después de tirar esas viejas prendas a la calle se sentó en el piso que sintió un poco frío. Un repentino cansancio lo abatió dejándolo inconsciente casi de inmediato. Al despertar, al cabo de unas horas que sintió como si fueran minutos, pensó que era víctima de un robo pero en seguida recordó todo lo que había hecho. Intentando recuperar el sentido común y, de paso, sus cosas miró por la ventaba sólo para descubrir que ya no quedaba nada. Resignado recordaba como tiraba sus llaves dentro de una bolsa plástica y en otra depositaba su billetera con la identificación y tarjetas de crédito. Después de reírse y llorar se dijo a lo hecho pecho. Salió, cerró la puerta que no podría abrir más y caminó con la esperanza que alguien le pasara un par de pilchas para taparse, le ofreciera un hogar y si era posible una cédula de identidad.
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Información adicional: Ejercicio sólo para distraerme. Aburrido, la historia ni la idea me gustaron.
martes, 18 de octubre de 2011
Amparo Desconocida.
Sra/ta Amparo
Domicilio: Desconocido y por descubrir.
Rut: 16.XXX.XXX-X
Debido a los recientes acontecimientos
a nivel mundial, nacional y local
que han derivado en el desorden ideológico, cultural y social
me veo en la obligación ético-moral de informar lo siguiente:
Es de conocimiento público - es decir vox populi, es decir que no queda /nadie indiferente-
que su aparición en el campo visual de quien remite este edicto - es /decir su servidor, es decir yo-
ha convulsionado, remecido y alterado el estado natural indiferencia
lo cual se trata de un delito menor que tiende a expandirse a cada hora
Hasta ahora he sido tranquilo, desapasionado, indolente
y me hubiese gustado que siguiera así por secula seculorum
La continuidad de este estado de cosas va más allá de mis posibilidades /por la aparición
de su cuerpo
Las circunstancia de su conocimiento son pedestres e ínfimas:
Entre el humo de cigarrillo a medio fumar
la visión deslumbrante de un espécimen perfecto
estrangulándome, desorbitando el sistema nerviosos central
Casi como una mirada al sol, rápida y fugaz, su cuerpo
me deja encandilado, encantando en epifanías astrales
considerando el azar y el infinito que pueden confluir favorables
en una calle, una avenida, un recoveco vulgar.
Voyerista arrepentido
bebiendo de esa visión instantánea
la seguí
hasta la desaparición, como si nada importara.
Usted fue indiferente a mis requerimientos desapareciendo de mi vista
así que no veo otra opción que faltarle el respeto
porque fuiste una puta, una pérfida maldita
pavoneándote con tu culo de cartel.
La sola imagen de la estampa -blanquecina o bronceada- de tus tetas
provoca la acumulación sanguínea entre mis piernas
calentándome, apretando la consumación de la autosatisfacción
y tú, muy puta, ni te importa.
Por lo antes expuesto y considerando los cargos
de un delito no tipificado, sin atenuantes
la sentencio a ser
Una hija de la gran puta, calienta sopas, maraca, sueño húmedo y /erección espontánea.
Se esperan los descargos en un plazo no menor a 15 días
horario de oficina, sin contar domingo ni festivos
en las dependencias habituales
COMUNÍQUESE, PUBLÍQUESE, ARCHÍVESE.
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Información adicional: La idea general de este intento poético me rondó durante varias semanas. Es extraño cómo el proyecto se ve reducido en calidad, al menos la esperada, cuando es ejecutado. La idea era realizar un engendro textual que se asemejara a una carta formal en una modalidad acusatoria por un delito estúpido. Quizá pueda volver a trabajar con eso; aún así, quizá no sea posible traspasar la forma mental a la escritura.