viernes, 9 de diciembre de 2011

Reflexiones


Cambio (no tan) radical en el proyecto. Si la intención es tratar de expresar en una estructura narrativa más o menos coherente, por medio del lenguaje, ciertas sensaciones o, más bien, percepciones del mundo, no se deben estas limitar a un campo temático determinado o a un estilo auto-impuesto. Lo que está en juego es la capacidad de dar a conocer cómo veo el mundo actual a través de un relato sin preocuparme, al menos en principio, de la pertenencia (pertinencia) genérica.

De esta manera podría contar lo que quiero. Aclaración: esto no simplifica las cosas; la hoja en blanco (la hoja dibujada por la pantalla del ordenador) es aún un obstáculo que cuesta superar. Rellenar de caracteres tipográficos no es una tarea fácil; sin embargo, en el ejercicio está el éxito de cumplir este deseo. Sinceramente, es un deseo (y un sueño) el poder dedicarse a la literatura y poder vivir de ella. Hasta ahora, no he dado un paso certero hacia el cumplimiento de estos objetivos; y los que he dado me parecen más erróneos que acertados.